Anclada entre dos voces
que cantan al mismo sueño
incapaz de volar
dejando atrás mis miedos
Desear no es hacer.
Movimiento.
Todo fluye, y entonces
se puede, se quiere.
Anclada en este pensamiento
paso horas contemplando
la sola idea de moverme
sinuosa como el viento
de bailar desnuda
a la luz de la luna.
Correr detrás del veloz ciervo
y darle caza.
(aunque, a veces, sea mejor esperar)
No llorar en la primera caída
y sonreír tras la última.
Fuerza implica
fe en uno mismo.
A veces pesan las palabras
como si fueran hechos.
Agua: desliz impaciente
en un lecho de roca viva,
envejece y muere de azul turquesa.
Seré esa agua
que cabalga la montaña
voy a ser como música
disfrazándome de sonidos exóticos
ardientes, melancólicos,
dolorosos, místicos.
Seré libre, por unas horas.
Mi voluntad me hará libre,
y antes de que mi cepillo
se enrede entre el pelo cano
este reloj de arena
ha de perderse en el desierto.